Pasión para las armas, la "rage militaire" caracterizó las actitudes de los colonos americanos al empezar la guerra con Gran Bretaña en 1775. Sin embargo, cuando los estragos y las penurias de guerra se hicieron más evidentes este entusiasmo inicial empezó a desaparecer. En 1776, Thomas Paine criticó a los "soldados de verano y a los patriotas de la luz" entre los colonos que al principio de la Guerra de Independencia parecían tan ansiosos de luchar y que muy pronto, al aumentar de los peligros derivantes del estado de guerra, dejaron ese entusiasmo a un lado.