Los criados eran obligados a prestabar servicio temporal durante un periodo determinado, normalmente de cuatro a siete años, a un señor legalmente designado. La servitud perpetua significaba ser criado de alguien para toda la vida - a veces por generaciones. En los albores de Virginia, los súbditos ingleses y los afro americanos eran obligados a prestar servicio por un tiempo determinado, pero con el paso del tiempo, los negros serían sujetos a la servitud perpetua como si fueran bienes de intercambio, vistos como propiedad mobile de sus todos poderosos amos y sin ningún tipo de derecho legal.