Frase del sermón de John Winthrop, "Un modelo de Caridad Cristiana", en el cual desafiaba a los Puritanos a crear una comunidad ideal en América, que sirviese de ejemplo a seguir para todos aquellos que quisieran poner orden en su vida. Es de aquí que tiene partida la idea de que América es una sociedad especial, por no decir excepcional, y por lo tanto digna de emulación. El concepto del excepcionalismo americano ha dominado la historia y la cultura del País hasta la actualidad.