Ya que la demanda de lana aumentó en Inglaterra durante el siglo XVI a causa de la emergente industria textil, el Parlamento aprobó unas leyes que permitían a los propietarios en búsqueda de beneficios vallar sus campos abiertos para conseguir más ovejas. Miles de campesinos que, como arrendadores, habían cultivado estas tierras durante generaciones fueron desalojados y abandonados a la pobreza. Muchos se mudaron a las ciudades, donde como " fuertes mendigos" a menudo encontraban pequeños trabajos. Al mismo tiempo, algunos emigraban a las colonias inglesas en América donde muchísimas más oportunidades de trabajo.